Estudiantes de la UNICA se las ingenian para afrontar crisis económica

Realizar las actividades académicas, estudiar para los exámenes, trabajar para colaborar con los gastos familiares, administrar el dinero para cubrir necesidades básicas, enfrentarse al sol y calor marabino, a carritos por puestos con olor a gasolina, pagar un elevado precio del pasaje y hacer colas para adquirir alimentos de primera necesidad, son las situaciones que enfrentan día a día los estudiantes de la Universidad Católica Cecilio Acosta (Unica), en el estado Zulia.

La economía venezolana ha venido enfrentado un deterioro paulatino y en crecimiento; el nivel de inflación para el cierre del año 2014, según el Banco Central de Venezuela (BCV) alcanzó 102 por ciento, a ello se suma un desabastecimiento en su máximo histórico con 50%, según un informe publicado por Inter American Trends, por lo que los niveles de escasez se han elevado considerablemente

Esta crisis ha afectado a gran parte de los ciudadanos disminuyendo su calidad de vida, pero en mayores proporciones ha perjudicado a estudiantes universitarios que, según estos han tenido incluso que dejar de asistir a clases o jornadas laborales, para efectuar compras de productos de la cesta básica.

A estos inconvenientes para conseguir buenos precios de alimentos, se suma el constante aumento del pasaje que desde el 1 de marzo del presente año, la directora del Instituto Municipal del Transporte Colectivo Urbano de Maracaibo (Imtcuma), Jamelis Ríos, anunció su incremento del 37 % en la tarifa actual.

Debido a ello, el pasaje de modalidad corta tiene un costo de bolívares 10, largo Bs. 17 y para buses y microbuses Bs. 15.  Sin embargo la anarquía que existente en las rutas de transporte, conlleva a que los chóferes hagan caso omiso a estas tarifas y cobren hasta 25 bolívares por un pasaje largo.

Estudiantes de la Unica, refieren que deben hacer un arduo trabajo para que, en algunos casos el sueldo mínimo, que se ubica actualmente en 5.622,48 bolívares mensuales, les alcance para cubrir sus necesidades académicas, laborales y personales.

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Otra característica que deben afrontar los bachilleres y representantes es el pago del semestre, a ello se suma el presupuesto que deben asignar para cubrir los gastos de actividades curriculares que en el último año 2014 el costo se ha ido incrementando debido a la inflación.

Yadibeth Delgado, estudiante del séptimo semestre de Comunicación Social, refiere que los zulianos se las han tenido que ingeniar para poder cumplir con todos los deberes, hasta el punto de que en conjunto con sus familiares se han organizado para ponerse de acuerdo en el día de compras que hará cada integrante de la familia.

Según la estudiante y productora de un programa radial, siempre se debe tener una reserva de dinero consigo para poder ingresar a un supermercado en el caso de que esté a la venta algún producto, pues la crisis ha llevado a las personas a buscar estrategias para poder “sobrevivir” en medio de las dificultades.

Indicó que pese a las capacidades administrativas que pueda tener cada individuo, la agudización de los precios de los artículos conlleva a que el zuliano tenga mayores inconvenientes en cuanto a la adquisición y al deleite de los mismos.

Por su parte, Johendry Añez, estudiante del quinto semestre de Comunicación Social, expresó que la gravedad del asunto lo afecta en gran medida, pues como trabaja y estudia, no tiene el tiempo necesario para dedicárselo a una cola. “Muchas veces me ha pasado que hago la cola, de más de cuatro horas y cuando me toca pasar yo no hay el producto que estaban vendiendo regulado”.

Abdían Morán, estudiante quien debe de distribuir el aporte familiar de mil bolívares quincenal para sus gastos, asegura que lo importante ante la situación que enfrenta el país, es utilizar la creatividad, ahorrar lo más se pueda y no gastar en cosas innecesarias.

Las oportunidades de los estudiantes universitarios zulianos, de cumplir sus sueños y metas se ven cada vez más truncadas, en un país donde vivir se ha vuelto una odisea, aunado a una incertidumbre de no saber con certeza de que, al egresar de la universidad se tenga una buena calidad de vida.

DC| Reinary Chinchilla (P) /

Fotos: web

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