“Los padres son responsables directos de las enfermedades en los niños”, por Daniel Pereira (@danielsaludable) 

Asegura la pediatra Zulema Struve desde el enfoque de la psiconeuroinmunología.

En ocasiones los padres tienden a subestimar la influencia que tienen en sus hijos. En 2011, el Department for Education del Reino Unido descubrió que los niños que están expuestos a mala crianza son dos veces más propensos a portarse mal. Los enfoques disciplinarios incoherentes, la falta de supervisión y el castigo físico son atributos de la mala crianza que pueden afectar negativamente a los niños, sin importar su etnia y nivel socioeconómico.

La crianza cruel y negativa estaba correlacionada con síntomas de depresión en niños. Otros factores que pueden contribuir a esto incluyen bajos niveles de apoyo general, depresión de los padres, castigo físico, expresión no saludable de las emociones negativas y una falta de apoyo emocional. “Pero muchas veces los padres no son los culpables en el fondo, ellos han sido víctima de crianzas erróneas”, afirma Zulema Struve, médico pediatra y psiconeuroinmunóloga.

La especialista zuliana asegura que los niños son reparadores, un niño viene al mundo libre de conflictos. “No tiene porque ni de qué preocuparse, ya mamá le tiene listo los pechos con bastante leche, pero el problema comienza antes del nacimiento, quizá en el momento de la concepción, empieza lo que se llama el proyecto sentido: ¿Porqué y para qué quiero tener un hijo?”.

Ya cuando se empieza a decir o a pensar que quiero tener un hijo para que me cuide cuando esté viejita, ya ahí le estamos dando una intención al niño que no es para lo que él viene. Luego en el vientre materno todos los conflictos que mamá pueda tener, o que la gente normalmente cree que no, pero todos los conflictos que mamá pueda tener lo va reflejando el niño.

Las constelaciones

La Dra. Struve explica que el niño “puede hacer lo que en psiconeuroinmunología llamamos constelaciones, porque se hace un conflicto en un cerebro y un conflicto en el otro cerebro, se hace una constelación y hay constelaciones asmáticas, constelaciones autistas, constelaciones esqusofrénicas, que todo eso se va formando dentro del vientre materno; de allí que quién nos produce las emociones o los conflictos en el vientre es la propia madre”.

Conflictos provocados por la madre

Desde que nace hasta los 3 años, el niño está pendiente de mamá. “Los conflictos de miedo, los conflictos de falta de identidad, nos lo da mamá por las creencias de nuestros ancestros: no me carga, no me da de mamar, me deja llorar, ese muchachito lo vas a malcriar si lo cargas mucho, entonces comenzamos a cargar una serie de conflictos que a la larga también aquello que mamá está recibiendo: lo que ve, lo que oye, lo que siente, hasta los 3 años son problemas que el niño refleja y quiere reparar en nombre de la mamá. Y a partir de los 3 años hasta los 7 ya el conflicto viene combinado: papá o mamá; o papá y mamá”.

Los problemas de asma por lo general son conflictos de lucha en el territorio. Un niño puede tener lucha en el territorio porque le quitan el juguete, le quitan el cariño de mamá, le quitan el tetero, le quitan la comida que le gusta y eso para ellos es un territorio; lo regañan fuerte y lo llevan a una falta de identidad. Entonces la lucha en el territorio con falta de identidad le hace una constelación asmática.

“Los padres son víctimas de un problema generacional” 

Zulema Struve reflexiona que no debemos culpar a los padres porque ellos son inocentes, ignoran, creen que lo están haciendo bien y que hacen lo correcto porque es lo que le han enseñado. “La bronquitis, por ejemplo, es lucha en el territorio. El musculo del bronquio inicia una crisis epilectoide (término empleado en psiconeuroinmunología), empieza a apretar el bronquio, lo aprieta y lo afloja, es allí donde se produce las sibilancias y se producen los mocos. Los mocos son miedos, entonces también es producto de lo mismo. La congestión nasal se produce en los niños porque literalmente están oliendo lo que no les gusta y empiezan a llorar por lo que no les gusta, la única manera que lo puede hacer es a través de la congestión nasal y llorar. La otitis puede ser porque oyen lo que no quieren, si es una otitis del lado izquierdo le imponen oír algo que no quiere (en psiconeuroinmunología llamamos bocados auditivos). En el lado derecho no están oyendo lo que quieren oír. Cuando los niños son rebeldes, conflictivos e imperactivos son procesos de mamá porque no saben cómo guiarlos”.

La gente cree que los niños vienen aprender de los adultos, y es totalmente al revés, los niños vienen a enseñar a los adultos. Hay que practicar el perdón para sanar, perdonar las creencias de los padres de criar erróneamente a los hijos sin juzgar, es un problema generacional.

 

DC / Daniel Pereira / Periodista de Salud / @danielsaludable / danielsaludable@gmail.com

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