Real Madrid arrazó con 8 a 2 al Deportivo

El Real Madrid estaba escondido. Desató toda su furia en Riazor, antaño territorio pantanoso. El Dépor, que se llevó ocho, fue aniquilado por la máquina de Ancelotti. Se encendió y funcionó a las mil maravillas. Apabulló a su rival sin piedad.

El marcador resultó escandaloso. El Madrid consiguió una goleada de época. Ni en blanco y negro había logrado ocho goles fuera de casa en un partido de Liga. Cristiano hizo tres goles en un territorio que estaba por conquistar, Bale firmó dos jugando de delantero y a Chicharito también le dio tiempo a participar con otro par de goles. El otro que marcó fue James, que va entrando en juego. Fue el hombre del encuentro en una tarde en la que no sólo funcionaron los goleadores.

El Deportivo fue atropellado por un tren de mercancías. El motor se fue calentando poco a poco. Comenzó jugando con tranquilidad. Con Kroos y Modric tapados por los rivales, James y Benzema armaron el taco. El primer gol llegó cerca de la media hora. Se hizo esperar. Lo que vino después fue una goleada sin precedentes.

Cristiano abrió el marcador de cabeza. Hizo bueno un centro de Arbeloa con un cabezazo tremendo que se podrá poner de ejemplo en el manual de los cabeceadores. Nada pudo hacer Lux. Lo mismo le pasó en el 0-2. James clavó la pelota por la escuadra. El colombiano se había desatado. Marcó un golazo, pero no fue lo mejor de su actuación. Todo fueron buenas noticias.

El tercero lo regaló el portero deportivista. Salió del área sin sentido, trabó a Benzema y dejó un caramelo en la puerta del colegio para Cristiano, que no perdonó.

El Deportivo, no obstante, tuvo el mérito de revelarse, al menos de intentarlo. Medunjanin marcó de penalti y creyó. Después se dio de bruces con la realidad. Ancelotti metió a Illarra en un 4-4-2 para asegurar el resultado. Bale se puso de delantero y así marcó dos goles, calcados. Marcelo e Isco (muy bien) jugaron al espacio y el galés definió con la izquierda. Ahí es imparable. Disfruta cuando corre. No puede quedarse quieto.

La orgía de goles no cesó. Responsabilidad del Real Madrid, que no frenó hasta que llegó a la estación. Cristiano se apuntó otro gol precedido de un robo de James a Sidnei y hasta Chicharito tuvo tiempo de hacer sus primeros tantos de blanco. Firmó el séptimo y el octavo (antes marcó Toché). El primero fue un chicharrazo y el segundo sirvió para firmar una goleada para la historia. El Madrid se desató. Ha vuelto.

DC/Marca

Foto: Web

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