Evans: El problema del control de divisas es el gobierno que es ineficiente y corrupto

El politólogo que se ha caracterizado por sus duras críticas contra las políticas del Gobierno Revolucionario y las acciones de la Oposición venezolana, aseguró en una columna publicada hoy en Aporrea, que la situación del control cambiario en la actualidad, va más a allá de la defensa de un estado eficiente.

Ante esta situación y los problemas que existen en la actualidad con el manejo de la moneda extranjera en el país, Evans desestima como una buena estrategia la satanización a los actuales controles.

“El “control” por parte del Estado es la esencia de cualquier Estado moderno, sea liberal o no, ya que excepto los “anarquistas”, toda la teoría política gira en torno a como hacer un Estado más eficiente, y eso pasa por reconocer el rol del Estado, así sea un Estado mínimo, como un ente con capacidad y deber de intervenir en los asuntos políticos, sociales y económicos de un país. Por tanto, la satanización a los controles es un contrasentido de aquellos que aseguran defender la necesidad de un Estado eficiente. “El problema no es del niño llorón sino de la mamá que lo pellizca”, dice parte del refranero popular, entonces: el problema no es el control de cambio, sino el gobierno que es ineficiente y corrupto en aplicarlo”.

Por otro lado criticó al sector privado y los llamó “parásitos” ya que estos alrededor de la historia de Venezuela, según publica, han aportado solo el 2% de las divisas del país con su producción. “Sólo el 2% de las divisas del país las produce el sector privado, les recomiendo que chequeen el histórico de la participación del sector privado en la generación de divisas para el país” puntualizó.

Resaltó que “Es el petróleo, cuya industria está nacionalizada desde 1976, la que produce el 98% de las divisas del país. Todos los dólares que se utilizan para importar los alimentos, vestidos, calzados, etc. Y que los burgueses y “grandes empresarios” usan, los ha producido el Estado”.

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Jimmy Pirela/@DiarioContraste