El beso es considerado tan intimo como el encuentro sexual

Científicos de la Universidad de Essex descubrieron  que el beso se puede considerar tanto o más íntimo que la relación sexual. Aunque sólo pueda parecer algo físico y terrenal, hay toda una psicología de los besos. Y también una serie de procesos químicos que explican por qué unos pueden ser más agradables que otros. La ciencia del besar se llama «filematología», y los investigadores se están ocupando de este hábito que practican el 90 % de las sociedades.

Si una pareja se besa con frecuencia es señal de que tiene una relación satisfactoria. Al menos así lo demuestra un estudio de Gordon Gallup, profesor de psicología de la Universidad de Albany. También surgió que el 59 % de hombres y el 66 % de mujeres dejaron de sentir atracción por una persona que les gustaba si ésta daba “besos feos”.

Las mujeres tienden a disfrutar más del beso en sí mismo, durante el cual es importante la higiene y el aliento del compañero, según halló Gallup en una muestra de 1,000 estudiantes. Los hombres en cambio, toman el beso como un paso previo al encuentro sexual, y le dan más importancia al atractivo corporal de su compañera.

El primer beso se recuerda más vívidamente que el primer encuentro sexual, según descubrió el psicólogo John Bohannon, profesor de la Universidad Butler, en EUA, tras encuestar a 500 personas. La mayoría pudo recordar hasta un 90 % de los detalles de su primer beso romántico.

Mitos del beso

Científicos de la Universidad de Essex hallaron que el beso se puede considerar tanto o más íntimo que la relación sexual. Así se pudo ver en la película Mujer Bonita, donde Julia Roberts encarnaba a una prostituta que no quería dar besos en la boca a sus clientes: los reservaba para una pareja de la que estuviera realmente enamorada.

Un estudio psicológico alemán realizado durante 10 años halló que los hombres que besan a su mujer antes de ir al trabajo tienen 5 años más de vida, un 20 o 30% más de ingresos y la mitad del riesgo de sufrir un accidente de tránsito. Y no es porque el beso tenga un efecto mágico sino que estos «besadores» viven con una actitud más positiva.

DC/ LaPrensa

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