Reflexiones para la acción política de Alfredo Maneiro

Alfonso Hernández Ortíz / Politólogo – Abogado / @AlfonsoZulia / dialogopublico@gmail.com

Previas consideraciones realizadas sobre los desaciertos frecuentes de los partidos nucleados en la Mesa de la Unidad de Democrática (MUD), se presentan algunas líneas estratégicas inspiradas en la obra política de Alfredo Maneiro, luchador social y político fundador de la Causa R, las cuales están más vigentes que nunca y pueden evaluarse y ponerse en práctica para conectarse con la gente, para focalizarse y desarrollar políticas de cambio en los sectores que aún siguen ciegos ante la grave situación que vive país, aporte significativo para la profundización y ampliación de la democracia.

Crear la alternativa. Se hace necesario focalizar los problemas palpables que padece la gente, investigar, indagar sobre las políticas incumplidas del gobierno en las distintas áreas de interés, generando la crítica y la propuesta y creando la alternativa con la activación de la representación popular y del engranaje político para responder y asumir los problemas que estén presentes.

La tarea de un partido o movimiento político es meterse donde están las crisis, convirtiéndonos en especialistas de las crisis, llegar donde están los problemas, “los peos”, crear las alternativas, las criticas y las propuestas para solventar esa crisis, demostrar que hay interés, canalizarlo y buscar soluciones. Correspondiéndoles a los líderes comunitarios, sectoriales, gremiales o sociales focalizar las demandas diferidas “problemas no resueltos”, rascarle en la llaga, alborotar el avispero”, y generar la propuesta de cambio.

El valor de la democracia. Es necesario darle a entender a la gente el valor de la democracia, lograr retomar la conciencia del pueblo y la disposición de ese pueblo a luchar, por sus derechos democráticos. Diagnosticar el entorno donde se va a desarrollar los planes de acción política, dándole un sentido universal al asunto de la representatividad en la forma democrática, resaltando el derecho al trabajo, a la salud, a la vivienda, a la seguridad, a los servicios públicos en general, haciéndoles ver que no es una dádiva del gobierno, es un derecho que como ciudadanos les pertenece.

Los barrios, una prioridad. Recientemente, hemos notado que las asambleas ciudadanas que realizan los líderes políticos agrupados en la MUD son realizadas en salones de fiesta, plazas, parques o canchas deportivas en urbanizaciones de gente bien acomodada, es decir sectores A / B, tratando de convencer a quienes ya están convencidos, asunto que no les permite avanzar, ni conquistar nuevos espacios; la estrategia debe estar focalizar en centrar mayor esfuerzo en el barrio, que los sectores populares se conviertan en la prioridad.

No puede esperarse como oposición que el gobierno haga lo que quiera, la alternativa tiene el compromiso y la responsabilidad de impulsar y motivar la lucha y la conquista de los derechos de la ciudadanía, de lograr respeto y credibilidad en los sectores populares y para eso hay que patear la calle y conquistar los barrios.

Autoconfianza popular. La lucha popular además de alcanzar el logro material, siembra el liderazgo, la posibilidad de la manifestación, la movilización, la unidad en el barrio, la toma de conciencia, “la autoconfianza popular”.

El objetivo es concentrarse en puntos álgidos y necesarios para hacer oposición y generar la lucha popular, “darle sabor de triunfo a las comunidades cuando consiguen algo con su lucha y pelea”. Y el pueblo sabe que luchando consigue. Luchas que se dan hasta lograr su objetivo. Si el pueblo lucha por sus cosas en las condiciones democráticas, conquístela o no, consigue en caso de conquistarlas además del objetivo de la lucha lo que deja como permanente es “la autoconfianza, el liderazgo, la capacidad, la demostración, de que se puede, es decir la democratización del asunto”.

Más allá de lo electoral. “El momento electoral es simplemente un momento, la gente tiene alternativas y elige, cuando la gente se organiza en una lucha, ya tiene identificado su propio liderazgo, lo crearon, lo produjeron, lo controlan y lo escogen y entonces se desplaza un poco la selección política, el líder del barrio es el que lo mueve, el dirigente político tiene solo la imagen y hacia eso debemos ir a conjugar el valor del partido con el liderazgo del barrio”. Alfredo Maneiro.

DC/ Abog. Alfonso Hernández Ortíz / @AlfonsoZulia / dialogopublico@gmail.com

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