ABC: Venezuela agoniza por la escases de medicinas

Yudelsi González ha recorrido infructuosamente unas 15 farmacias de Caracas en busca de unas pastillas para la hipertensión de su tía Berta que vive en Puerto La Cruz, en el estado de Anzoátegui, donde están agotadas desde hace tiempo. La última cajita que le envió le cubrirá el tratamiento hasta el próximo mes, pero después, si no las consigue, puede empezar a tener problemas con su tensión.

Decenas de miles de venezolanos del interior y de los barrios periféricos peregrinan hacia el centro de Caracas a la desesperada búsqueda de las medicinas que les ha recetado el médico y que no han encontrado en la farmacia de su zona de residencia. El déficit de material médico quirúrgico y fármacos ronda el 50%, porcentaje similar al de la escasez de alimentos, según cifras oficiales. Un fenómeno, además, que se ha vuelto crónico en los últimos catorce meses.

Lo grave de este desabastecimiento es que el tratamiento médico no se puede reemplazar tan fácilmente por otro fármaco como se hace con los alimentos. La escasez de fármacos es especialmente grave para el tratamiento de hipertensión y diabetes, así como en antirretrovirales, anticancerígenos y antibióticos. «El gobierno de Nicolás Maduro debe unos 4.000 millones de dólares a los suministradores internacionales de fármacos. Importamos el 60% de las medicinas, pero cada vez hay menos medicinas en Venezuela. La salud del país está en un estado agónico», afirma a ABC el cirujano William Barriento, diputado en la Asamblea Nacional por el partido Un Nuevo Tiempo.

Yudelsi González está muy preocupada por la posibilidad de que su tía Berta sufra una crisis de hipertensión. «Hay tres millones y medio de venezolanos que son hipertensos, que ahora peregrinan en masa por las farmacias», subraya Barriento, quien añade que los que padecen de diabetes no encuentran medicamentos ni insulina para su tratamiento y que hay unos 20.000 pacientes con insuficiencia renal en espera de hemodiálisis y diálisis peritoneal.

Lista de espera

En la misma situación se encuentran los 41.000 pacientes con sida que esperan recibir antirretrovirales e igual número de pacientes con cáncer que dependen del suministro del Estado. El pánico se apodera de los 200.000 portadores de sida cuando se enteran de que ocho pacientes murieron por falta de antirretrovirales. Así lo denuncia Mauricio Gutiérrez, portavoz de la ong Positivos en Colectivo, que fue testigo de cómo perdieron la vida ocho pacientes infectados de sida en hospitales públicos como el Universitario de Caracas, el Vargas, el Domingo Luciani y el Magallanes de Catia.

«Yo mismo he visto morir a esas personas. Lo que está ocurriendo es producto de un gobierno incapaz de solucionar los problemas sociales, como la prevención sanitaria para el público general y la atención médica», cuenta Gutiérrez al diario «El Nacional».

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AR/DC/abc.es

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