Periodismo en tiempos de Dictadura

Lester Toledo / Abogado, Político y Diputado al Consejo Legislativo del Estado Zulia / @LesterToledo.-

Me permito, antes de comenzar mi artículo semanal, felicitar a todos los periodistas por ser este 27 de junio su día. Sin embargo, junto con mis mejores augurios de que este sea un día colmado de éxitos y reconocimientos, debo expresar también mi rechazo por lo que acontece a la libre prensa en mi país.

El periodismo venezolano está en su peor momento. La misión fundamental del periodismo y de los periodistas es la libre expresión de la verdad y ese es un valor que hoy en día se ha convertido en un factor de amenaza para el régimen.

Las compras compulsivas de canales de televisión en manos de testaferros del chavismo, la presión gubernamental contra los pocos medios que se deciden a criticar y el amedrentamiento y salida de periodistas de medios de comunicación, han sido la forma como esta dictadura ha intentado acallar las voces de quienes quieren contarnos una realidad inobjetable: el madurismo ha llevado al país a un desastre.

Otra cara de esta censura son las restricciones en el otorgamiento de dólares para la compra de papel periódico importado y como se distribuye entre los medios es grave. Son muchos los impresos que han tenido que bajar su tiraje y cantidad de páginas. El Instituto Prensa y Sociedad (IPYS Venezuela) alertó que 21 medios impresos en 9 estados del país tienen problemas para adquirir papel y otros insumos como tinta, películas y planchas.

Por razones como éstas hemos estado desde hace muchos años en esta lucha. Recordamos la campaña que emprendimos contra el cierre de RCTV junto a algunos comunicadores como Anahís Cruz, Edward Rodríguez y Junior Acosta, canal que sigue cerrado por su valiente política editorial. También la truculenta transacción de Globovisión y posterior salida de muchos periodistas críticos como Kiko Bautista, Carla Angola, Roland Carreño, Nitu Pérez Osuna, Pedro Luis Flores, Ana Karina Villalba y más recientemente Shirley Varnagy y los zulianos Jesús González y Madelyn Palmar (junto a los dos camarógrafos de la corresponsalía en el Zulia). También la defenestración de Martha Colomina, César Miguel Rondon y la reciente salida de Luis Chataing de Televen, a lo que se une el mutismo de muchos canales también por miedo al cese de concesión.

No podemos soslayar la desaparición inesperada de Urbe Televisión, la asfixia ejercida contra Global TV y Atel, al igual que el cerco mediático que desde la Gobernación del Zulia aplican a periodistas críticos como nuestros amigos Letty Vasquez, Alberto González, Lenin Danieri y muchos otros. Todo este escenario completa las características de un sistema de gobierno dictatorial porque hasta sus propios «fablistanes» revolucionarios han sufrido esta censura al criticar al régimen como lo es el caso de Vanessa Davis, Mario Silva, Alberto Nolia y la semana pasada Alberto Aranguibel, sin mencionar a los últimos desertores revolucionarios Jorge Giordani y Héctor Navarro.

Todos estos casos, y muchos más que serían imposible enumerar, son muestras fehacientes de que en Venezuela no existe libertad de expresión como tampoco existe libertad de opinión. Son pocas las ventanas que aún están abiertas para la expresión de ideas y aunque algunos creen que es una evidencia de libertad comunicacional, es lo contrario. Los venezolanos hemos hecho de las redes sociales nuestro principal medio de comunicación.

Por eso los invito a seguir informándonos así. Con los defectos y virtudes de la comunicación 2.0 seguiremos opinando por esta vía y por los pocos canales, radioemisoras, periódicos y revistas que aún se mantienen de pie contra la persecución, contra la censura, contra la hegemonía y el garrote mediático. Contra los poderes del Estado subyugados a los designios de un partido político que es el que desgobierna este país. A todos aquellos que se erigen en esta lucha, mis mejores deseos. Dentro de lo que cabe, celebremos que aún tenemos un país lleno de comunicadores valientes, que no se doblegan ni se subyugan al poder. Y mis mejores augurios de que muy pronto nos reencontraremos todos con el periodismo crítico que subsiste y que el país necesita en toda su magnitud.

 

DC/ Abog. Lester Toledo / @LesterToledo.- 

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