México aniquila a Camerún y calla las bocas de sus críticos

La selección mexicana fútbol derrotó hace pocos minutos  a la de Camerún un gol por cero, en el partido correspondiente a la primera jornada del campeonato mundial celebrado en Brasil. Con gol de Oribe Peralta, los mexicanos se encargaron de callar las bocas que anunciaban el fracaso de los dirigidos por Miguel Herrera.

Bajo una lluvia eterna e inclemente, el partido comenzaba mostrándonos una selección azteca dispuesta a devorar a su rival, presionando cada salida de estos, y asfixiándolos con un marcaje de equipo grande. En estos primeros minutos México fue amo y señor del partido, mientras que los africanos solo contaban con la suerte de no haber encajado un gol en esta parte del encuentro.

La polémica llegó cuando el árbitro colombiano Wilmar Roldan anuló un gol legal de la estrella Giovanni Dos Santos, luego de empalmar un excelente derechazo al ángulo, sin embargo, lejos de amilanarse, los mexicanos continuaron avasallando al contrario en búsqueda de la victoria, demostrando porqué son un equipo histórico y recurrente en las copas del mundo.

Camerún por su parte buscaba la velocidad de sus extremos y de un Samuel Eto´o tan solo como un naufrago, en una isla comandada por el mítico defensor Rafael Márquez, el cual no le daría ni un solo espacio. Los mejores momentos cameruneses llegaron en los balones parados, donde más de una vez generó muchísimo peligro en la portería defendida por Guillermo Ochoa.

Sin embargo, los mexicanos gracias a su garra imperial supieron sacudir los mejores momentos de sus rivales, gracias el gran orden defensivo. Y cuando peor lo pasaban nuevamente la polémica se haría presente, ya que una vez más se anularía otro gol del mediapunta del Villareal, por otro fuera de juego que jamás ni nunca existió, haciendo que el banquillo azteca clamara al cielo por la injusticia que estaban viviendo: jugaban mejor, y a pesar de marcar dos goles legales, ninguno subía al marcador.

 

Oribe consolida el dominio

 

Ya en la segunda parte con los dos equipos en la cancha, la lluvia seguiría empapando su humanidad, mientras que los aztecas atacaban una y otra vez a sus rivales, buscando la sangre que no pudieron materializar en un primer tiempo digno para el recuerdo.

Fue de esta manera como México tendría otra gran oportunidad para marcar, luego que el delantero del Santos Laguna, Oribe Peralta, desaprovechara un mano a mano ante el guardameta Itandje, después de una buena jugada colectiva. Minutos más tarde les entraría el susto al cuerpo después de que un tiro libro cobrado por el camerunés Assou Ekotto, se desviase en la barrera y a punto estuviera de entrar en las redes.

Sucede que tanto va el cántaro al agua que al final se rompe, y de esta forma los del “piojo” Herrera  lograrían la primera celebración del partido, después de una hermosa triangulación que culminaría con un Giovanni Dos Santos disparando al arco, el arquero camerunés repeliendo el balón, y Peralta aprovechando el rebote para hacer justicia y poner a su equipo uno a cero.

Este gol mató a Camerún, cuya imagen quedo reflejada en la actitud de su técnico alemán Volker Finke, quien permanecía mudo y inexpresivo frente al banquillo, mientras pasaban los minutos y su equipo no carburaba. Sin embargo un cabezazo de Moukandjo casi materializa la igualdad de no ser por los reflejos felinos del gran Memo Ochoa.

Conscientes del peligro, los aztecas durmieron el partido con largas transiciones que desesperaban al rival y quemaban tiempo, mientras que a su técnico lo consumían las emociones , y en las gradas se escuchaban las notas del “cielito lindo”.

Todo ocurria como estaba entre sus planes, y México conseguía los tres puntos del importantísimo primer partido, estallando la algarabía entre cada uno de sus efectivos, mientras los cameruneses se retiraban hacia los vestuarios, a sabiendas de que solo un milagro les daría la clasificación, al tener que enfrentarse a la anfitriona Brasil, y a una Croacia que dejo muy buenos sensaciones.

Los aztecas por su parte, dependen de si mismos para una vez más clasificar a la segunda, e intentar clasificar a ese quinto partido que siempre han intentado pasar. Esta victoria no solo fue contra sus rivales en la cancha, sino también contra los acérrimos críticos que viven defenestrando una selección que pesar de ser sus representantes en el mundial, los tratan como si fueran ajenos.

Se acababa el partido, los equipos se retiraban, los fanáticos se iban. Lo único que parecía no querer marcharse era la lluvia.

Luis Orozco/DC/@diariocontraste

 

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