Carta del padre Palmar para Vidal: Somos “pescadores de hombres” no buscadores de cobres

Así es la vida. Estudiamos la misma eclesiología y tuvimos hasta el mismo director espiritual en el Seminario de Caracas; hay unos que amamos a la Iglesia, con sus virtudes y defectos, y hay otros que la odian sólo por sus defectos, nunca ven sus virtudes, se eximen así de amar a la Iglesia que es el cuerpo místico de Cristo.

El sacerdote lucha para consolidar las virtudes eclesiales, y tiene que esforzarse para extinguir los errores que se causa a través de la proliferación de los defectos de los eclesiásticos.

Hace 25 años recibimos lo más grande que un ser humano pueda gozar en la tierra, la gracia del Espíritu Santo dentro del sacramento del orden sacerdotal. Tener clara la distinción entre lo eclesiástico y lo eclesial, es la clave santa y justa para amar a la Iglesia que está formada por pecadores, que buscamos la santidad y por ende la vida eterna. Una carta del Arzobispo de Maracaibo muy parecida a la que a vos te enviaron, recibí hace años en mi casa parroquial de Sierra Maestra, ese día ha sido el más desagradable y triste de mi vida sacerdotal, nunca se publicará, a Dios gracias.

Esas líneas tan amorosas de mi padre y pastor quedarán selladas dentro de mi corazón como la espada que el viejo Simeón le profetizó a la Virgen María. Aunque parezca absurdo todos los días la repaso línea por línea, por lo que se ha convertido en la página que me recuerda, que primero debo amar a Cristo que a los hombres; que primero debo amar a la Iglesia, que al mundo; que primero debo al sacerdocio ministerial, que cualquier oficio temporal que el plano secular me ofrezca.

Recuerda hermano, Jesús nos escogió para ser “pescadores de hombres”, nunca para ser buscadores de cobres. Estar dentro del chavismo es como danzar en medio de Sodoma y Gomorra. Allí pulula la inmoralidad, el esoterismo, la vida disoluta y la corrupción en todas sus facetas. El chavismo de arriba, formado por los “enchufados”, es una máquina de hacer “epulones políticos” y “lázaros sociales”. Hay dos tipos de chavistas, los “ricos pobres”, y los “pobres pendejos”.

Por mi parte me negué a formar parte de ningún bandón rojo rojito. Recuerdo el día en que José Vicente Rangel, vicepresidente para el momento, me citó a su despacho en Carmelitas, y me ordenó a nombre deChávez que hiciera una rueda de prensa para despotricar de la Iglesia. Pretendían que en mi condición de sacerdote insultara al Cardenal Castillo Lara. Mi respuesta fue: “Usted y Chávez se equivocaron conmigo, nunca voy a hablar mal de la Iglesia”.

Con esa negación rotunda a cumplir órdenes de Miraflores me execraron del alto gobierno, cosa que agradezco a Dios y a la Virgen. En una oportunidad el mismo Chávez me ofreció un cargo de ministro en el gabinete, le respondí: “Usted está loco, yo soy ministro, pero de Jesucristo”. Te digo estas cosas para que sepas que yo transité por ese fango por el cual tú te enlodaste. Le doy gracias a la Divina Misericordia que me cuidó en ese tránsito funesto que tuve durante esos años, fue como pasar por el mismísimo infierno, cuidado si los diantres del seol, se pudieran ofender por esta comparación.

Vidal, recuerda que somos de Cristo y de María, que vivimos en la gracia de la Eucaristía, y que es la Iglesia la madre y maestra de nuestra vida pastoral. Si estás en el fango estiércolizado de la politiquería, permite que te ayudemos. A mí mis hermanos sacerdotes me sacaron con sus oraciones y consejos de esa pestilencia llamada chavismo. Quiero ayudarte. Dios te bendiga.

 

Entérate al instante de más noticias con tu celular siguiéndonos en Twitter y Telegram
Suscribir vía Telegram

Lea también

Le puede interesar además

Loading...

Tu opinión vale...