El hecho, que ocurrió de la ciudad griega de Amarousion, al norte de Atenas, pasaría inadvertido de no ser porque el pequeño aun tenía la sensación de estar dentro del vientre de su madre, pues la bolsa con el líquido amniótico aún permanecía intacta.
El galeno acompañó la imagen de la siguiente frase: El bebé que no sabía que había nacido.
DC/Panorama