LA MARACAIBO QUE QUEREMOS

 

Todavía se mantienen tradiciones reflejadas en su arquitectura autóctona, calles angostas, casas coloridas, antiguos teatros e iglesias, plazas, museos, entre otros sitios coloniales de interés histórico y cultural. Desde finales del siglo XIX, experimentó una prosperidad que la mayoría de las ciudades de Venezuela incluyendo Caracas, no tuvieron, esto se produjo por la influencia llena de lujos gracias a la influencia extranjera y el puerto lacustre, recordarlo es verlo. En ese periodo Maracaibo fue una ciudad modelo en el país, aquí se realizo la primera reproducción de una película, la primera ciudad en tener tranvía, alumbrado público, operaciones médicas ( trasplantes de riñón ), el primer vuelo en globo aerostático, entre otras anécdotas. Ostentaba grandes casas veraniegas a la orilla del lago, palacios, y las casas de las familias más bellas del occidente de Venezuela.

En la actualidad, la ciudad debe tener mayor movimiento económico, pero no es así, por la política, por la  desidia, la desinversión, la desatención de la gestión de la administración pública , la falta de planificación urbana la convierte en un desastre general, desorden por dondequiera, caos del transporte público, la vialidad en ruinas, hambre, desolación en las comunidades, desempleo, inseguridad, sin control de riesgos preventivos, desatención en aspectos vitales como la recolección de la basura industrial y doméstica, generando cualquier cantidad de roedores, sabandijas y alimañas, lo cual puede propiciar epidemias de cualquier naturaleza.

La administración pública en todos los ámbitos, impide a Maracaibo lograr los objetivos de desarrollo y de bienestar que requiere la población. Hace falta un plan general urgente para atender las demandas públicas con seriedad, con gerencia política, con entusiasmo, como somos los maracaiberos, con dedicación exclusiva para los problemas de la ciudad, necesitamos una ciudad bonita, atractiva, turística, ejemplar como muchas ciudades del mundo, pero mientras continúe la desidia, el desinterés hacia los servicios públicos eficientes, la respuesta será negativa por parte de la gente.

Ante esa situación, trabajo por una Maracaibo señorial, con calles y avenidas encendidas, limpias, bellas, adornadas con árboles frondosos, paisajes naturales dignos de un ambiente tropical, rescatar ese colosal Lago que nos otorgó la naturaleza, contar con una seguridad ciudadana al estilo de ciudades modernas, donde todos tengamos las mismas oportunidades de recreación, trabajo, atención y asistencia social. Trabajo, por una gestión pública eficiente, audaz, efectiva que demuestre su sensibilidad humana con el ciudadano y con el interés por superar los problemas que aquejan a los maracaiberos. Trabajo por una Maracaibo feliz, auténtica, gloriosa, donde la gente sea de primera en una ciudad de primera, la gente quiere cambio y lo vamos a lograr, porque vamos a la conquista del orden…

ARRIBA MARACAIBO.

 

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