Cabrera: “Si fuera un superhéroe, sería Spiderman”

Nadie se atrevería a pensar que el corpulento tercera base de los Tigres de Detroit, de 108 kilogramos y de 1,95 metros, puede ser domado por dos niñas –Rosángel, de siete años, e Isabela, de dos– y un niño –Christopher, de un año–, sus hijos.

Son ellos los que ponen a Miguel de rodillas, los que lo obligan a cantar canciones infantiles, a jugar con muñequitos y soldados. Son ellos los que deshojan y desnudan al gigantón venezolano, único criollo en ganar un Premio al Jugador Más Valioso y el decimocuarto pelotero en la historia de Grandes Ligas en lograr la triple corona del bateo (títulos de promedio ofensivo, jonrones y carreras remolcadas en la misma temporada).

Ser doblegado por sus hijos, quienes disfrutan y viven de la esencia humana de la estrella de los Tigres, es un placer para Cabrera, pues todo lo que él hace es por y para ellos.

“Desde que tuve mi primera niña (Rosángel) siempre le he cantado ‘Dora, Diego’… A mi otra hija, Isabela, le está gustando eso también. Con Christopher veo más muñequitos de varones, a él le gustan más cosas deportivas”, reveló Cabrera riendo, en las entrañas de los Tigres, en su complejo primaveral de Lakeland, Florida, donde se preparan para la temporada.

A Miguel le entusiasma –además del hecho de estar con ellos y de ser su principal atracción cuando están juntos– que sus pequeños se interesen en los deportes. ¿Cómo ser de otra forma? Si en sus genes paternos hay cien por ciento deporte. Recuerden que Cabrera, quien hoy es el mejor bateador de Grandes Ligas, destacó de joven como basquetbolista y voleibolista en su natal Maracay.

“Una de las cosas que siempre trato de hacer con ellos es hacer deporte. Trato de enseñarles a jugar básquet, a jugar pelota (béisbol) y futbolito. Así pasamos más tiempo juntos. Esta es una etapa bonita que estoy viviendo con mis hijos. Uno se apega más a ellos”, dijo quien también confesó que le toca ver películas infantiles, no solo por ser de la preferencia de sus hijos, sino la suya también.

No hay dudas de que si Cabrera, hoy idolatrado por todos dentro del beisbol, fuera algún personaje de un cómic fuera el superhéroe de sus hijos, pero, ¿quién sería Miguel si de verdad fuera el protagonista de una comiquita?

“Creo que sería Spiderman, porque le gusta a mis sobrinos y a Isabela, que cada vez que digo Spiderman dice el nombre del hijo de mi hermana”, dijo nuevamente riendo.

Gran padre
¿Habrá alguna similitud entre Miguel Cabrera y Spiderman? El venezolano aseguró que no, a menos que de ahora en adelante cree una barrera de telaraña para contener las conexiones de sus enemigos, por la tercera base, donde por segundo spring training consecutivo está concentrando la mayor carga de trabajo, para lucir cómodo, seguro y solvente.

Con esas representaciones de cantante, superhéroe y deportista –lo que ciertamente es–, Cabrera pasó el receso de temporada, un receso inusualmente movido para él, pero es que en ningún otro había tenido la responsabilidad de cargar con la investidura de una triple corona y de un MVP.

Sin embargo, hubo tiempo para todo, para cumplir con sus múltiples compromisos sociales y para reconocer que el entorno de su hija Rosángel, en la escuela, había cambiado, debido al estatus que él ha alcanzado.

“La más grande (Rosángel) está comenzando a entender mi trabajo, qué es lo que hago. En la escuela ya saben quién soy yo. Hablamos, porque ella se siente un poquito rara, por la atención que tiene en la escuela, porque los niñitos más grandes la saludan y le dicen que yo soy su ídolo”, contó Cabrera, a quien ya le llegó el momento de desprenderse nuevamente de sus hijos para comenzar una nueva temporada.

A ser más consistente
La película del año pasado, en la que los Tigres de Detroit tuvieron que esperar a la penúltima semana de la temporada para tomar el liderado de la División Central y ganarla para avanzar a la postemporada, no es algo que Cabrera desee para este 2013. El equipo luce sólido con el regreso de Víctor Martínez y la contratación de Torii Hunter, además de contar con un staff de pitcheo de primera línea, encabezado por Justin Verlander.

“Este año hablamos entre nosotros y nos propusimos jugar más consistente, porque lo importante no es cómo nos veamos en el papel, sino lo unido que está el equipo. La gente ya sabe lo que tiene que hacer. Hay muchas cosas que se ven mejores en la dinámica de nosotros y eso lo vamos a reflejar este año”, aseguró Cabrera.

Guante de Oro
Cabrera ha alcanzado más metas de lo que muchos han podido imaginar. Fue campeón en su primer año en Grandes Ligas, tiene dos títulos de bateo, de jonrones y de carreras remolcadas; además, posee una triple corona ofensiva, cuatro Bates de Plata y siete participaciones en el Juego de Estrellas. 

Sin embargo, aún hay más objetivos que el venezolano quiere lograr en las mayores. 

“Me gustaría ganar un Guante de Oro, pero ese es un trabajo largo que hay que hacer. Durante toda mi carrera he estado jugando varias posiciones y nunca me he establecido en una, pensaba que en primera era la posición en la que me iba a establecer, pero por la llegada de Prince tuve que moverme a tercera otra vez”, dijo Cabrera.

Bateador consistente
El repetir la triple corona de bateo pareciera una tarea muy complicada, más no imposible; sin embargo, un tercer título de bateo al hilo en la Liga Americana es una meta algo más realista. Nadie en el joven circuito ha logrado coleccionar un trío de títulos de bateo consecutivos desde que Wade Boggs logró la hazaña hace 25 años (en total alcanzó cuatro con los Medias Rojas de Boston, entre 1985 y 1988). “Siempre creo que uno puede ser consistente. No sé si uno va a mejorar, pero mi meta siempre es ser consistente”.

Billy Russo/Líder

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