La lucha continúa

La lucha política no es fácil, por ello, todo líder, todo dirigente, toda persona que establece vínculos con la lucha social desea sentir el éxito de su carrera. En ese sentido, siempre he luchado por una causa justa, desde mis días juveniles como dirigente estudiantil.

Mi experiencia política me hace comprender la utilidad de los hombres, el respeto por ellos en un ámbito de moralidad y de ética. Así, interpreto la militancia política con mística, con seriedad, con responsabilidad, pero por sobre todas las cosas, considerando siempre que nuestros derechos terminan cunado aparece el del oponente, o el del contrario, esta apreciación es una orientación democrática mezclada con el libre juego de las ideas, de las aspiraciones, de las oportunidades individuales y la de los grupos.

Por tal razón, es importante como dirigente político respetar a los demás y cumplir con las reglas internas a través de la discusión concertada, el dialogo político, la persuasión como herramienta para la superación de conflictos internos, es la única manera de hacer crecer las organizaciones para llevarlas hacia el éxito.

Frente a las adversidades de la vida electoral, considero que un revés no es el final, pero si un indicador que revela debilidades existentes en el seno de cualquier organización política, por consiguiente, en la organización donde milito, estamos a tiempo, muy a tiempo para superar escollos, malos entendidos, diatribas que no conducen a ninguna parte, y hacia donde nos puede llevar es hacia el desequilibrio, la división, la anarquía y más derrotas electorales.

Al respecto, creo en la renovación de las ideas para el impulso de nuevas acciones certeras, contundentes frente al adversario político, porque es muy malo la personalización de intereses, el problema no son las personas, ni los dirigentes, el problema es político-ideológico, por tanto, la toma de consciencia nos hará grandes, no hacerlo nos achica frente al contendiente político, porque la batalla no es fácil, no va ser equitativa, va a ser compleja, dura y exigente.

Por eso, debemos estar preparados, formados para el trabajo como un solo equipo, es oportuno encender nuestras propias alarmas y apagarlas con más trabajo, mas consenso, mas unión, aprovechando la diversidad de las ideas para elaborar nuestro programa político con tesis innovadoras más allá de lo electoral, más allá de lo personal, olvidando desagravios y luchar, luchar, luchar por un Zulia unido.

El Zulia nos necesita a todos por igual, la dirigencia tiene que convocar a todas las fuerzas del Zulia a un encuentro político de lucha las 24 horas del día, la defensa del Zulia no es de un solo hombre, un solo liderazgo o un solo partido, el Zulia hoy nos necesita a todos, el Zulia somos todos, llego la hora de las definiciones de las orientaciones y de las grandes decisiones. Viva el Zulia. ¡Arriba Maracaibo!.

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