Armstrong: Es humanamente imposible ganar siete Tour de Francia sin doparse

 

 Lance declaró que es imposible ganar el Tour de Francia sin doparse. Pero que la decisión más dura para él fue cuando supo que sufría de cáncer, por lo que decidió como actitud “ganarlo todo” a cuesta de lo que sea.

 El ciclista admitió que tomó drogas que «mejoraban el desempeño» y que se hizo transfusiones de sangre, pero niega ordenar a otros deportistas que se doparan.

«No me sentía tramposo. Sentía miedo. Pero pasaré el resto de mi vida pidiendo perdón».

Es la primera vez que el exciclista admite que se dopó durante su carrera. La UCI celebra que el exciclista dejara claro que no hubo conspiración y expresa su deseo de realizar un proceso de verdad y reconciliación.

 El exciclista estadounidense Lance Armstrong, confesó por primera vez en una entrevista en la televisión de EE UU que se dopó durante su carrera profesional en la que consiguió siete títulos del Tour de Francia.

 Cuando la periodista le hizo preguntas relacionadas al dopaje durante su carrera; Armstrong respondió contundentemente con un “si”.

 Pero aun fue más lejos, cuando dijo que era «imposible» ganar el Tour de Francia sin consumir algún tipo de sustancia prohibida. «No es posible», respondió Armstrong, aunque no quiso implicar a ningún excompañero u otros ciclistas.

 El excampeón admitió que consumió sustancias  que lo ayudaban a mejor el desempeño aumentando los niveles de oxigeno. Entre las sustancias consumidas por Lance cuentan, transfusiones sanguíneas, EPO (Eritropoyetina) una hormona de síntesis que aumenta los glóbulos rojos y ayudan mejorar el rendimiento muscular, además consumió testosterona, cortisona o la hormona de crecimiento humano, pero negó haberlo hecho después del año 2005.

 «No es cierto que me dopase después de mi regreso. La última vez que crucé la línea roja fue en 2005», afirmó.

 No ordenó a otros doparse

 Sin embargo, Armstrong negó haber ordenado a otros deportistas que se doparan: «Ahora mismo no soy el hombre más creíble en el mundo, pero yo nunca despedí a un ciclista por no querer consumir sustancias dopantes».

 De esta manera, el excampeón contradice el informe de la USADA que lo acusó de controlar a su equipo y el sistema de dopaje. Lo que sí admitió el excampeón ante Winfrey es que, al ser «el líder del equipo», los demás integrantes podrían haberse visto presionados a doparse también.

 «Siempre sentí un implacable instinto de ganar, a toda costa», responde Armstrong al ser preguntado por el motivo que lo llevó a doparse. «Ahora veo que no era algo bueno».

 La entrevista estuvo intercalada con cortes de vídeo en los que el excorredor negaba aquello que acababa de confesar «La actitud de ganarlo todo la tomé primero ante el cáncer y la transporté al ciclismo. Y eso es malo, quise perpetuar la historia”.

«El deseo de ganar a toda costa, el nivel al que llegó es un problema. La arrogancia y ser desafiante me perdieron», reconoció.

 Armstrong no pudo ser más duro consigo mismo: «Me veo como un estúpido arrogante».

 Lo negó durante años

 Armstrong había negado siempre con vehemencia las acusaciones de dopaje. De hecho, oficialmente, nunca ha dado positivo. La célebre periodista estadounidense se refirió a los 13 años durante los cuales Armstrong  no paró de negar «de forma descarada y desafiante» que se dopaba.

 «Y ahora, en este momento, acaba de admitir todo lo contrario. Entonces, ¿por qué ahora lo admites?» inquirió Winfrey. «Usted llamó mentirosos a otras personas». Mi historia fue tan perfecta durante tanto tiempo… y no era cierta.

 «No sé, no creo que tengo una gran respuesta. Voy a empezar mi respuesta diciendo que esto ha llegado demasiado tarde», expresó Armstrong. «También es demasiado tarde, probablemente, para la mayoría de la gente, y eso es culpa mía.

 «Me lo merezco»

 Armstrong entonó el ‘mea culpa’ por primera vez admitiendo que deberá pagar por sus actos y que lo «merece». Aunque el exciclista aseguró que en su momento sintió miedo pero no que estuviera haciendo trampas, e incluso admitió que no pensaba que se fuera a descubrir su engaño, ahora es consciente de que tendrá que «pedir perdón durante el resto de su vida» y de que tendrá que ganarse nuevamente la confianza de todos los que se sienten «defraudados».

 Siempre sentí un implacable instinto de ganar, a toda costa

 «¿Te sentías mal al ganar tomando drogas? ¿Sentías que estabas haciendo trampas?» le pregunta Oprah. «En su momento, no. Sentía miedo», responde Armstrong.

 Preguntado por cómo pudo denunciar a tanta gente cuando sabía que estaban diciendo la verdad, Armstrong admitió: «Fue un gran defecto. Mucha gente no me perdonará nunca», continuaba, aludiendo entre otros a Emma O’Reilly, una de los miembro del equipo médico del equipo. «Fue una de las personas a las que ataqué».

 «Hay personas en esta historia que eran buenas personas, no son monstruos, no son malvados y no son malos. Ferrari es un hombre inteligente, aún lo pienso», valoró Armstrong al referirse al doctor italiano Michele Ferrari, su gran colaborador.

 A la pregunta concreta de si ¿dirías que Ferrari fue el líder y la mente maestra detrás del programa de dopaje?, Armstrong respondió con un «no» categórico. «Podrían pensar que soy un imbécil o un humanitario, yo diría que soy las dos cosas, pero no puedo hablar mal de Ferrari», argumentó.

 Suspendido de por vida

 La  entrevista concedida a Winfrey es la  primera que ofrece Armstrong desde que su carrera se derrumbó después del informe inculpatorio que la Agencia Antidopaje de Estados Unidos (USADA), del que no quiso defenderse y por lo que fue suspendido de por vida del ciclismo y le retiraron todos los títulos conseguido en el Tour de Francia además de tener que devolver los premios ganados.

 Armstrong dio su palabra a Winfrey que diría toda la verdad a las preguntas que le hiciese, en las primeras, bajo el formato de respuesta de sí o no, el exciclista estadounidense reconoció que en los siete títulos del Tour de Francia que ganó utilizó substancias prohibidas y se dopó.

 La UCI muestra su satisfacción

 El presidente de la UCI, Pat McQuaid, dijo en un comunicado: «la decisión de Armstrong de confrontar su pasado es un paso importante en el largo camino hacia una reparación del daño que se ha causado al ciclismo y hacia la restauración de la confianza en el deporte».

«Confirmó que no hubo complicidad o conspiración entre la UCI y Lance Armstrong. No hubo test positivos que fueran encubiertos y (el ciclista estadounidense) confirmó que sus donaciones a la UCI fueron para ayudar en la lucha contra el dopaje», agregó

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