Conflicto en Siria y países musulmanes centro de la 67 Asamblea General de ONU

"Necesitamos una transición ordenada en manos de los sirios. Se cometen violaciones a los derechos humanos. Principalmente por el Gobierno, pero también por la oposición. Es nuestro deber darles medios tangibles para proteger a las poblaciones", aseguró en relación al conflicto violento que amenaza del régimen del presidente sirio Bashar Al Assad.

Insistió en que una ONU fortalecida es la clave para afrontar el conflicto: “Demostremos que la ONU se puede reformar y mantener el ritmo”.

El secretario general habló también del conflicto entre israelíes y palestinos, sobre el calentamiento global, la desnutrición y la pobreza.

Brasil

Minutos después tomó el estrado Dilma Rousseff, presidenta de Brasil, quien durante su discurso condenó los ataques a las embajadas de Estados Unidos en los países con mayoría musulmana, y también tocó el tema de la crisis económica mundial.

“La opción por las políticas ortodoxas no aseguran el crecimiento. La política monetaria fue el único elemento, lo que aumentó el desempleo y la pobreza”, explicó.

La mandataria detalló que una respuesta efectiva para la crisis sólo se logrará con esfuerzos coordinados entre los países y los organismos multilaterales como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.

La presidenta de Brasil también condenó la situación en Siria. “El Gobierno de Damasco es el responsable final del círculo de violencia que estamos viendo. Estamos conscientes también de la responsabilidad de los grupos opositores armados que han complicado logísticamente esta situación con ayuda externa. Llamo a que dejen las armas. No hay una solución militar a esto. La diplomacia es la mejor solución”.

Aprovechó la oportunidad para volver a reconocer a Palestina como un miembro pleno de la ONU. “Sólo una Palestina libre podrá generar estabilidad política en la región”.

Estados Unidos

Barack Obama, presidente de los Estados Unidos, tomó la palabra posteriormente para condenar enérgicamente las protestas que se han desatado en las últimas semanas contra su nación en varios países musulmanes, y que provocaron entre otras cosas la muerte del embajador Chris Stevens a quien el mandatario rindió un homenaje durante su discurso.

“Apoyo el nacimiento de una nueva democracia. Amaba su trabajo, se sentía orgulloso de su país y veía dignidad en las personas con las que se reunía”, recordó Obama. “El ataque a EE.UU en Libia también es un ataque a los ideales de la ONU”.

Instó a los países a luchar por la libertad. “La verdadera libertad es un trabajo duro, los que estamos en el poder deben resistir la tentación de reprimir a los disidentes”.

Insistió en que no hay nada que justifique la violencia, y que no prohibirán la reproducción de la película "El Silencio de los Inocentes", de la cual aseguró que su nación no tenía nada que ver, y que es acusada de ridiculizar al profeta Mahoma, porque ello iría en contra de la libertad de expresión que consagra la Constitución de su país.

En relación a las intenciones de Irán de producir armas de destrucción masiva, el mandatario norteamericano fue categórico al afirmar que Estados Unidos "hará todo lo posible" para evitar que esos planes se concreten.

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